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viernes, 10 enero, 2025
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El asfixiante legado de Sánchez: Empobrecimiento e inflación desbocada

En una España que navega a la deriva bajo el gobierno de Pedro Sánchez, el empobrecimiento brutal de sus ciudadanos se ha convertido en la amarga norma. La inflación, ese impuesto escondido, ha golpeado con especial dureza a las familias, erosionando el poder adquisitivo y desangrando las economías domésticas.

El poder de compra del español medio ha sufrido una caída vertiginosa de 615 euros, un dato alarmante que pone de manifiesto la incapacidad del gobierno de manejar la economía eficientemente. Peor aún, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha acumulado un repunte del 17% desde que Sánchez asumió el poder. En el caso de los gastos de alimentación, el aumento es aún más desolador, alcanzando un 35%. No es de extrañar que el ciudadano medio se sienta estrangulado ante la subida continua de precios.

Comparativamente, el salario real de los españoles ha caído dos veces más que la remuneración de los trabajadores de la OCDE. España, una vez más, se sitúa en la cola de Europa, aumentando su diferencial negativo de renta del 8,7% al 14,4%. Estos números no son solo estadísticas frías, sino el reflejo de vidas cotidianas en las que llegar a fin de mes se ha convertido en un desafío titánico.

Los precios, lejos de mostrar una tendencia a la baja, se mantienen firmes en su escalada. Aunque el ritmo de subida se haya moderado ligeramente, es un hecho que el gobierno no ha implementado medidas significativas para contrarrestar esta situación. Desde 2019 hasta 2022, hemos vivido bajo una inflación desbordada, que solo se ha moderado por un efecto base, pero que aún se sitúa por encima de la media de la zona euro.

La tasa de variación anual del IPC en diciembre se situó en el 3,1%, mientras que la tasa anual de la inflación subyacente disminuyó siete décimas hasta el 3,8%. A pesar de estos números, la realidad es que el coste de vida sigue siendo insosteniblemente alto para la mayoría de los españoles.

El gasto de los hogares ha aumentado, pero este incremento no se refleja en una mejora del nivel de vida. En cambio, se debe principalmente al aumento de los precios. La inflación ha devorado cualquier intento de ahorro familiar, dejando a muchas familias al borde del precipicio financiero.

El gobierno, en su gestión fiscal, ha optado por no ajustar los impuestos para compensar el efecto de la inflación, una decisión que ha golpeado duramente a los contribuyentes. La Comisión Europea estima que la recaudación tributaria aumentó en 12.100 millones en 2022 debido a esta política, y en 2023 la cifra se elevó aún más. Esto se traduce en un coste adicional de casi 1.315 euros por familia.

En resumen, el mandato de Sánchez se ha caracterizado por una gestión económica que ha exacerbado la inflación y agravado el empobrecimiento de los españoles. La erosión del valor real del dinero, el encarecimiento de la vida y la pérdida de poder

adquisitivo son las huellas indelebles de una política económica que ha fallado en proteger a los más vulnerables. La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles como alimentos y energía, ha crecido dos veces más rápido bajo su gobierno, lo que indica que, incluso eliminando los elementos más fluctuantes, la subida de precios es mucho más pronunciada bajo la administración actual.

El panorama es desolador: los españoles están cada vez más lejos de alcanzar los niveles de vida de sus vecinos europeos. El incremento en los precios ha afectado desproporcionadamente a los alimentos y bebidas, con un aumento nominal del gasto de 827 euros entre 2018 y 2022. Sin embargo, este aumento se ha visto prácticamente anulado por la inflación, dejando un incremento real de apenas 61 euros. Esto demuestra que la mayoría del gasto adicional se ha ido directamente a cubrir la subida de precios, no a la adquisición de más o mejores productos.

La decisión del gobierno de no deflactar los impuestos ha sido un golpe adicional para los contribuyentes, con una recaudación tributaria que ha aumentado significativamente debido al IPC. El efecto acumulado de esta política ha sido devastador, costando a los contribuyentes casi 25.000 millones de euros en el periodo 2022-2023.

España, bajo el mando de Sánchez, se encuentra en un ciclo vicioso de inflación y empobrecimiento. La erosión del valor real del dinero ha reducido el valor de los depósitos bancarios de las familias, disminuyendo aún más su capacidad para hacer frente a las crecientes demandas económicas. El resultado es una sociedad cada vez más asfixiada por los precios altos, los salarios bajos y un gobierno que parece incapaz de revertir esta tendencia.

Es hora de reconocer que la inflación no es un fenómeno pasajero, sino una realidad cotidiana que está minando la estabilidad y el bienestar de millones de españoles. El legado de Sánchez no es otro que un país empobrecido, una sociedad desesperanzada y una economía que se tambalea al borde del colapso. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo seguirá España bajo esta sombra de empobrecimiento e inflación descontrolada?

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