La juventud española enfrenta un panorama desalentador. El poder adquisitivo de los españoles se reduce año tras año, afectado gravemente por la inflación, unos salarios estancados y una carga impositiva cada vez más asfixiante. La última medida que golpea los bolsillos de los trabajadores es un impuesto para el fondo de pensiones, que se espera entre en vigor este enero. Esta situación plantea una pregunta crucial: ¿Hasta cuándo los jóvenes seguirán participando de esta farsa económica, contribuyendo a un sistema del que posiblemente no recibirán beneficios en el futuro?
Los jóvenes de hoy podrían convertirse en la primera generación en la historia de nuestra democracia en vivir peor que sus predecesores. Las dificultades para emanciparse y formar una familia son más evidentes que nunca, con el 94% del sueldo de un joven de entre 16 y 29 años destinado al alquiler. Según el último informe del Consejo de la Juventud de España (CJE), sólo el 16,3% de los jóvenes entre 16 y 29 años ha logrado emanciparse, una cifra dramáticamente baja en comparación con la media de la Unión Europea.
Este escenario es el resultado de varios factores: la precariedad laboral, la dificultad para acceder a una vivienda y la subida generalizada de precios. Estos obstáculos obligan a los jóvenes a retrasar su independencia, lo que tiene consecuencias demográficas significativas, como la caída de la tasa de natalidad. La edad media de emancipación supera ahora los 30 años, la cifra más alta en dos décadas.
España es el peor país en el ranking de empleo juvenil de la Unión Europea y también lo es en el número de parados, datos además maquillados por los fijos discontinuos que nadie sabe muy bien si es maquillaje del gobierno para esconder su desastre económico y gestión del empleo. Además como hemos comentado con el aumento de los costos de vida y de alquiler. El poder adquisitivo de los jóvenes trabajadores se ha reducido en un 3,3% en un año, dejándolos en una situación precaria.
La situación de la vivienda es particularmente grave. El precio medio del alquiler ha aumentado considerablemente, y un joven asalariado que gana de media 1.005,22 euros al mes se encuentra en la imposibilidad de independizarse sin compartir vivienda. Los gastos de insumos y suministros, que también han aumentado, agravan aún más la situación.
Los problemas principales que preocupan a la juventud, como la vivienda y el empleo, no se están abordando de manera estructural. Además, estos problemas están provocando graves problemas de salud mental entre los jóvenes, que es otro gran tema tabú que esconden todos los medios de comunicación, con la participación de los políticos, que prefieren abordar temas importantísimos para ellos para seguir en sus poltronas como la amnistía o concesiones a los nacionalistas en vez de solucionar los problemas reales que preocupan a los españoles, y en este caso a los jóvenes españoles.
Es duro afirmarlo, pero la juventud española se encuentra en un punto de quiebre. Atrapados entre salarios insuficientes y costos de vida en aumento, se enfrentan a un futuro incierto y desalentador. Es imperativo que se implementen políticas efectivas que aborden estas cuestiones de manera integral, asegurando que los jóvenes de hoy no sean los perdedores de mañana en nuestra sociedad.
